LA TEORÍA DE LA REGENERACIÓN BAUTISMAL
Echos 2:38 y todas las referencias
Ahora vamos a considerar un asunto importante que resulta de Echos 2:38 a qui dedico dos capítulos enteros porque las dos teorías opuestas de interpretación a este y otros pasajes, que algunos suponen ser relacionados, han dividido al mundo cristiano desde el segundo siglo, resultando en tiempos modernos en la formación de la denominación distinta llamada “los campbelistas” y las consecuencias son que estas dos teorías ha cambiado el plan de salvación, haciendo necesario un nuevo sistema de teología, introduciendo nuevas ordenanzas, cambiando los sujetos de los miembros de la iglesia y preparando el camino para una nueva política eclesiástica, y para la unión de la Iglesia y el Estado. Siendo este el caso, y ya que esa batalla ha seguido desde el segundo siglo hasta el día de hoy, justifica el que dedique estos dos capítulos al asunto.
La primera teoría mencionada arriba, se expresa en las siguientes proposiciones:
El plan de salvación ha sido siempre por gracia, es ahora, y siempre será, justamente un solo plan en lo que exige esencialmente del hombre.
Estos requisitos son todos espirituales.
Son el nuevo nacimiento, el arrepentimiento para con Dios, y fe hacia (en) el Mesías.
El gran modelo de la fe que trae salvación es la Fe de Abraham, anterior a su sujeción a cualquier ordenanza externa.
La salvación antes de las ordenanzas.
La sangre antes del lavatorio. Esta es la primera teoría.
La teoría opuesta es:
La salvación por medio de ordenanzas.
La regeneración bautismal.
La remisión bautismal.
El bautismo así como el arrepentimiento y la fe, un requisito para el nuevo nacimiento, la salvación y la remisión de pecados.
El uso en todo el Nuevo Testamento del verbo baptizo y su sustantivo, cuando son seguidos de la preposición eis con el acusativo para su objeto debe considerarse, a fin de interpretar correctamente Echos 2:38. El uso novotestamentario del verbo baptizo y su sustantivo, cuando son seguidos por la preposición eis, con el acusativo como su objeto, es más importante que el uso práctico. Cuando escribáis tales pasajes del Nuevo Testamento, en su orden, y los examinéis todos cuidadosamente, cada uno con su contexto, entonces tendréis que traducir aquella preposición eis, por una palabra o frase que satisfaga los requisitos del texto. Cuando escribáis citas del Nuevo Testamento desde Mateo hasta la Revelación que tengan el verbo baptizo, o su sustantivo, seguido de la preposición eis y ésta seguida del acusativo, como su objeto, mira dios en sus grupos respectivos, luego omitid aquella preposición eis, en todo caso, y sustituid su significación en una palabra o frase, y veréis que dará una interpretación que satisfará toda condición. Cuando en lugar de una palabra se pone el significado de ella, debe tener sentido. Esta es una buena prueba que abarca todo el uso del Nuevo Testamento. Tomad una Concordancia del griego y del inglés ‑ ahorraréis mucho trabajo ‑ y haced tina lista de pasajes, comenzando con Mateo 3:11: “Yo os bautizo en agua para arrepentímiento.” El verbo baptizo está allí y la preposición eis, y metanoian en el acusativo, que es el objeto de la preposición. Seguid así por todo el Nuevo Testamento y notad todo pasaje. Todo pasaje, sin embargo, debe tener baptizo, o su sustantivo, seguido de la preposición eis, con el acusativo como su objeto.
Al repasar el Nuevo Testamento de esta manera hallamos un número de pasajes usado para sostener la teoría de que el bautismo en agua, como el arrepentimiento y la fe, es un término o condición de salvación. Los siguientes son los pasajes de los cuales dependen los que sostienen que el bautismo es para remisión de pecados: de los pasajes en que el verbo baptizo. y su sustantivo, son empleados, seguidos de la preposición eis, con el acusativo como su objeto, escogen solamente tres. Escogen como su primer grupo los siguientes:
1. Echos 2:38; Rom. 6:1-4; Gálatas 3:27. Toman solamente los pasajes de ‑bautizado eis‑ con el acusativo. Uno de ellos es, “bautizado eis por remisión de pecados;‑ otro es "bautizado eis Cristo;‑ y el otro es, ‑bautizados eis su muerte.” Estos pasajes forman su primer grupo, La construcción gramatical es igual er, cada caso, y dicen: "Vosotros los bautistas no tenéis plan de inducción.” Si les preguntamos cómo alcanzan la remisión de pecados contestan:”Somos bautizados en ella.” Si les preguntamos:”¿Cómo logran estar en Cristo?‑ contestan: "Somos bautizados en Cristo." Si les preguntamos, "¿Cómo lográis estar en la muerte de Cristo?" contestan: "Somos bautizados en la muerte de Cristo.” También dicen:”Nosotros sabemos cómo entrar; pero Uds. no tienen método de inducción. Cuando lleguéis a estos pasajes os diré lo que debéis decirles. Basta un solo pasaje: "Hemos tenido admisión por la fe en esta gracia en la cual estamos firmes." Este es nuestro método de inducción.
2. Su segundo grupo es el que conecta el bautismo con el lavamiento de pecado, sin la preposición eis.”Ya hora ¿por qué te detienes? levántate y sé bautizado, y lava tus pecados"‑Actos 22:16. Este es el único pasaje en este grupo.
3. El tercer grupo consiste de los pasajes que conectan el bautismo con la salvación, Marcos 16:16:”El que creyere y fuere bautizado será salvo," y I de Pedro 3:21:”El bautismo que ahora nos salva.
4. El cuarto grupo es el que parece conectar el bautismo con la regeneración, consistiendo en “a menos que el hombre naciere de agua y de] Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” ‑Juan 3:5. “Cristo también amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella; para santificarla, habiéndola limpiado con el lavamiento de agua con la palabra.” ‑ Efesios 5:25. “Conforme a su misericordia él nos salvó, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo." ‑ Tito 3:5.
Cuando podáis interpretar correctamente estos cuatro grupos de pasajes tendréis el corazón N, el cuerpo, el centro y la circunferencia, la sustancia y la sombra de todo ello. Esta es la segunda teoría, que hace venir la salvación por el ritualismo ‑por medio de ordenanzas.
La verdadera sustancia de esta conexión es ésta:
Es una salvación por ritual.
Es una salvación sacerdotal, puesto que exige la presencia, el oficio y acto de otra persona, el administrador de las ordenanzas, para asegurar vuestra salvación, siendo que vuestra salvación depende de otra persona, de lo que hace otra persona. Esto es lo que llamamos "sacerdotal” sacer una palabra latina que significa sacerdote, una salvación sacerdotal.
Este exige una autoridad competente para fallar sobre la idoneidad del “sacer” (sacerdote) o el administrador, y así hace que sea una cuestión sin fin con cualquier hombre el pensamiento de si es salvo o no hasta que pueda probar que la persona que lo bautizó es un administrador idóneo, contradiciendo así la declaración de Pablo, de que Dios hizo que la salvación dependiera de la le, esto es, que puedo arrepentirme y creer yo mismo, justamente pensando en la Biblia, o raciocinando sobre ella.
Ahora hay otra cosa: La teoría es que, como el arrepentimiento y la fe, son un término de salvación; pero éste no es semejante al arrepentimiento y la fe, puesto que ellos son personales, y el otro no es personal; es aún más semejante al arrepentimiento y la fe en esto, que las Escrituras dicen expresamente, “A menos que os arrepintáis pereceréis,” y, “El que no cree es condenado.” En ninguna parte de la Biblia se halla una expresión como éstas acerca del bautismo.
El más grande abogado de esta teoría es Alejandro Campbell, y una breve historia de su contención es como sigue: Vino de Escocia y se estableció en Virginia. Casi tenía cierta conexión con una iglesia bautista. De todos modos, estuvo presente en una asociación bautista, y llamó a su primer periódico: “El Bautista Cristiano.” Pero él dice:”Cuando yo comencé mi discusión sobre el acto del bautismo con McCall, quien era un presbiteriano, mientras estudiaba aquella discusión hallé que el bautismo, a menos que tuviera por objeto asegurar la remisión de pecados, era tan vano como un pagaré vencido."
Este era el germen de la idea en su mente, según su propia declaración, por lo cual el Sr. Campbell, desde ese tiempo en adelante comenzó a publicar cosas que los bautistas no creían y pronto comenzó a publicar un nuevo periódico, que llamó: ”Millennial Harbinger." En otras palabras, se veía él mismo como el heraldo, el precursor, el "Juan Bautista" del milenio, y opinaba que era esta nueva teoría suya la que traía el milenio. En aquel “Heraldo Milenario," hubo una "Extra," sobre la remisión de pecados. Era algo extensa para publicarse en su pequeño periódico. En esta‑‑‑Extra,‑ que era el primer anuncio general y formal de su proposición, tomó la posición de la regeneración bautismal, remisión bautismal, o salvación bautismal que en dondequiera que se halla la "purificación" o la "santificación” significa el bautismo. En otras palabras. lo hizo significar la cosa entera.
Cuando publicó aquella "Extra” hubo mucha discusión. En todas partes del país los bautistas se levantaron y dijeron: “Este hombre no es uno de nosotros," y sus dirigentes comenzaron a contestar su “Extra” y entre ellos estuvieron, Andrés Broadus y J. B. Jeter, padre, ambos célebres y ambos de Virginia; también Carr, pastor de una de las grandes iglesias de Richmond. Siendo así, todo el mundo sabía que habría guerra en la próxima reunión de aquella asociación. La asociación se reunió y se nombró una comisión para considerar el estado de las iglesias. Aquella comisión, de la cual Carr era presidente, halló que las iglesias estaban siendo arruinadas por una nueva doctrina, manifestada en la “Extra" del “Heraldo Milenario.” Por lo cual la comisión recomendó que las iglesias retiraran la diestra de comunión de los predicadores que defendieran aquella doctrina, y de los miembros que la aceptaron. Las iglesias obraron inmediatamente, en todas partes de Virginia. Y desde que ellos tiraron aquella línea de separación, el campbelismo ya no ha perjudicado a los bautistas.
Sus dos grandes líneas de argumento fueron como siguen: Dependían por lo regular sobre la construcción gramatical, esto es, Metanoesate, kai baptístheto hekastos humon en to onomati Iesou Christou eís aphesin ton hamartion humon kai lempsesthe ten dorean tou hagíou pneumatos. Dijo que la construcción gramatical ponía aphesin hamartíon, que significa, remisión de pecados, como el objeto que debía alcanzarse por el baptistheto, y procuró probar sus puntos citando muchos eruditos que admitían sus construcciones gramaticales. Su segundo argumento fue que desde el segundo siglo hasta el tiempo actual, grandes multitudes de cristianos habían sostenido esto, la mayoría de los que se llamaban cristianos, incluso todos los romanistas, todas las iglesias griegas‑ católicas, y otras varias. Estas son las líneas principales de su argumento.
Una teoría parecida a ésta que él combatía hasta el fin queda en pie o cae con la teoría, esto es: la proposición de que la Cena del Señor en manos del sacerdote, después de haber sido convertida en la misma sangre y cuerpo de Jesucristo, es esencial para la salvación. Los defensores de esta teoría dirían, basándose en la construcción gramatical, que Jesús dijo: "Esto (alzando el pan después de haberlo bendecido) es mi cuerpo quebrado por vostoros," y en seguida (alzando la copa): “Esta copa es mi sangre, derramada para la remisión de pecados,‑ y luego citarían un pasaje en otra parte de Juan: ”Amenos que comáis la carne del Hijo del hombre, y bebáis su sangre, no tendréis vida en vosotros. De modo que dieron mucho énfasis a la construcción gramatical y también al argumento histórico. Tuvieron más fuertes argumentos para sostener su parte de la teoría de lo que tuvo Campbell para la suya, y precisamente sobre la misma línea de argumento. Siempre he dicho que los cambelistas deberían abandonar su teoría, o aceptar esta como está manifestada.
Sí es verdad que no hay modo de llegar a estar en Cristo sino por el bautismo, entonces no hay modo de lograr que Cristo esté en nosotros sino por medio de la Cena del Señor.
La ilación debe obrar por cada lado: “Yo en vosotros, y vosotros en mí.” No hay sombra de duda de que las dos cosas son como dos columnas que sostienen un arco. El arco es uno, y las columnas son los dos apoyos del arco.
Los argumentos antecedentes que se oponen tanto a la teoría de Campbell y la teoria semejante de los romanistas, que tienen una base semejante, son los siguientes:
El plan de salvación desde el libro de Génesis hasta la Revelación, es un solo plan. Lo que hasido esencial como un requisito, es siempre esencial, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, y sin embargo, el bautismo y la Cena del Señor no son partes del Antiguo Testamento. Y todos tienen que confesar que algunas personas en el tiempo del Antiguo Testamento fueron salvas. Si es así, según la teoría de ellos, fueron salvos cumpliendo condiciones que nosotros no tenemos que observar, y nosotros somos salvos cumpliendo condiciones que ellos no tenían que observar; por esto, el plan fue cambiado en cuanto a las condiciones esenciales de salvación. Pero el caso modelo de Abraham, el caso modelo de salvación ‑por fe como en Abraham, nulifica completamente cualquier cambio en el plan: "Abraham creyó a Dios, y le fue contado a justicia," o justificación, y Pablo dice: “No por su causa solamente fue escrito esto, sino por la nuestra también." Cuando creemos en Cristo nos es contado a justicia y debemos seguir en los pasos de nuestro padre Abraham, lo cual muestra que el plan de salvación fue el mismo.
Otro argumento antecedente es el testimonio de los profetas. Pedro dijo a Cornelio: "De él mismo (esto es, de Jesús) testifican todos los profetas, que todo aquel que en él creyere recibirá en su nombre remisión de pecados.” Aquí se ve que la remisión de pecados tiene por condición la le y todos los profetas testificaban el hecho de que el hombre que creía en él recibía la remisión de sus pecados; y no había bautismo en el tiempo en que los profetas dieron ese testimonio.
Actos 16:30 es el único lugar en la Biblia donde se hace la pregunta expresa: “¿Qué debo yo hacer para ser salvo?‑ y la respuesta precisa es:”Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.”
En muchos casos durante la vida de Cristo, él dijo a hombres y a mujeres: “Tu fe te ha salvado," y esto donde no había nada de bautismo.
Cierto pasaje en Hebreos llega al corazón del asunto. Hablando del ritual del Nuevo Testamento dice: "Porque es imposible que la sangre de toros y de machos de cabrio quite los pecados.” ¿Por qué? Porque no había merito intrínseco en la sangre de toros y machos de cabrío. Aplíquese este principio: No es posible que el bautismo en agua quite pecados. No hay mérito intrínseco en ella. "La sangre de Jesucristo su Hijo, nos limpia de todo pecado." El ritual del Antiguo Testamento no lo hizo, y el ritual del Nuevo Testamento tampoco lo hace.
Si hacemos algún acto exterior que ha de ejecutarse por otra persona que sea esencial para la salvación, entonces la promesa de la salvación nunca puede hacerse segura para nosotros, pero las Escrituras enseñan que Dios ordenó que la salvación fuese por fe para que fuese hecha segura. Aquel ladrón arrepentido, por ejemplo, estaba muriendo colgado en la cruz. Supongamos que el bautismo sea una condición esencial para la salvación; está perdido, porque no podía bajar. Pero Jesús lo miró y le dijo: aunque no había cumplido con ningún ritual: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso.” Discuto extensamente este asunto porque quiero grabar solemnemente en la mente la manera en que estas dos teorías están en conflicto, han estado, y estarán en conflicto hasta el fin del mundo.
Imaginémonos una línea perpendicular en el pizarrón; escribid en un lado: “Amadores de Dios,” y al otro lado: “Odiadores de Dios.” En un lado, hay creyentes; al otro lado hay incrédulos. Ahora, ¿de cuál de esos lados debemos tomar los sujetos para el bautismo a gente que ama a Dios y cree en el Señor Jesucristo, u odiadores de Dios e incrédulos? Un discípulo de Campbell diría: "Tomad los amadores de Dios y creyentes en Jesucristo." Entonces yo digo: "Todo aquel que ama es nacido de Dios,” y “somos todos hijos de Dios por le en Cristo Jesús,” y “el que cree, ha nacido de Dios.” Pueden luchar con aquella línea perpendicular hasta que quieran nunca pueden romperla.
Pablo dice: “Gracias doy a Dios de que no bauticé a ninguno de vosotros; no me envió Cristo a bautizar sino a predicar el evangelio." Si el bautismo fuera una de las condiciones de salvación, Pablo estaba dando gracias a Dios por haber rehusado hacer una de las cosas esenciales para la salvación. ¿No hace una distinción allí entre la esencia del evangelio que salva, y el bautismo? Nadie puede negarlo si estudia cuidadosamente el pasaje.
Las declaraciones repetidas en la Biblia, por ejemplo, tómese esta:”Detal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él creyere no se pierda, sino que tenga vida eterna,‑ y "El que cree en él no vendrá en condenación, sino que tiene vida eterna." Así podrían multiplicarse los pasajes, pero tengo que detenerme aquí.
Tenemos para el capítulo siguiente la interpretación de los cuatro grupos de pasajes que son muy necesarios para que se entiendan las cosas que se oponen a una de estas teorías, como sigue: El primer grupo, Actos 2:38; Rom. 6:1‑4; Gál. 3:27; segundo grupo (justamente uno) Actos 22:16; tercer grupo, Marcos 16: 16; 1 de Pedro 3:21; el cuarto grupo, Juan 3:5; Efe. 5:26; Tito 3:5.
Ya he preparado el camino para dar explicación a estos cuatro grupos. Quiero resolver algunas cosas mientras estoy hablando de esto. Iría al mismo fin del mundo para oponerme a cualquier hombre que dijera que él es necesario para mi salvación, haciendo que algún rito o alguna ceremonia fuese una condición de salvación.
Nunca iría a buscar la remisión de mis pecados en un estanque de agua
Echos 2:38 y todas las referencias
Ahora vamos a considerar un asunto importante que resulta de Echos 2:38 a qui dedico dos capítulos enteros porque las dos teorías opuestas de interpretación a este y otros pasajes, que algunos suponen ser relacionados, han dividido al mundo cristiano desde el segundo siglo, resultando en tiempos modernos en la formación de la denominación distinta llamada “los campbelistas” y las consecuencias son que estas dos teorías ha cambiado el plan de salvación, haciendo necesario un nuevo sistema de teología, introduciendo nuevas ordenanzas, cambiando los sujetos de los miembros de la iglesia y preparando el camino para una nueva política eclesiástica, y para la unión de la Iglesia y el Estado. Siendo este el caso, y ya que esa batalla ha seguido desde el segundo siglo hasta el día de hoy, justifica el que dedique estos dos capítulos al asunto.
La primera teoría mencionada arriba, se expresa en las siguientes proposiciones:
El plan de salvación ha sido siempre por gracia, es ahora, y siempre será, justamente un solo plan en lo que exige esencialmente del hombre.
Estos requisitos son todos espirituales.
Son el nuevo nacimiento, el arrepentimiento para con Dios, y fe hacia (en) el Mesías.
El gran modelo de la fe que trae salvación es la Fe de Abraham, anterior a su sujeción a cualquier ordenanza externa.
La salvación antes de las ordenanzas.
La sangre antes del lavatorio. Esta es la primera teoría.
La teoría opuesta es:
La salvación por medio de ordenanzas.
La regeneración bautismal.
La remisión bautismal.
El bautismo así como el arrepentimiento y la fe, un requisito para el nuevo nacimiento, la salvación y la remisión de pecados.
El uso en todo el Nuevo Testamento del verbo baptizo y su sustantivo, cuando son seguidos de la preposición eis con el acusativo para su objeto debe considerarse, a fin de interpretar correctamente Echos 2:38. El uso novotestamentario del verbo baptizo y su sustantivo, cuando son seguidos por la preposición eis, con el acusativo como su objeto, es más importante que el uso práctico. Cuando escribáis tales pasajes del Nuevo Testamento, en su orden, y los examinéis todos cuidadosamente, cada uno con su contexto, entonces tendréis que traducir aquella preposición eis, por una palabra o frase que satisfaga los requisitos del texto. Cuando escribáis citas del Nuevo Testamento desde Mateo hasta la Revelación que tengan el verbo baptizo, o su sustantivo, seguido de la preposición eis y ésta seguida del acusativo, como su objeto, mira dios en sus grupos respectivos, luego omitid aquella preposición eis, en todo caso, y sustituid su significación en una palabra o frase, y veréis que dará una interpretación que satisfará toda condición. Cuando en lugar de una palabra se pone el significado de ella, debe tener sentido. Esta es una buena prueba que abarca todo el uso del Nuevo Testamento. Tomad una Concordancia del griego y del inglés ‑ ahorraréis mucho trabajo ‑ y haced tina lista de pasajes, comenzando con Mateo 3:11: “Yo os bautizo en agua para arrepentímiento.” El verbo baptizo está allí y la preposición eis, y metanoian en el acusativo, que es el objeto de la preposición. Seguid así por todo el Nuevo Testamento y notad todo pasaje. Todo pasaje, sin embargo, debe tener baptizo, o su sustantivo, seguido de la preposición eis, con el acusativo como su objeto.
Al repasar el Nuevo Testamento de esta manera hallamos un número de pasajes usado para sostener la teoría de que el bautismo en agua, como el arrepentimiento y la fe, es un término o condición de salvación. Los siguientes son los pasajes de los cuales dependen los que sostienen que el bautismo es para remisión de pecados: de los pasajes en que el verbo baptizo. y su sustantivo, son empleados, seguidos de la preposición eis, con el acusativo como su objeto, escogen solamente tres. Escogen como su primer grupo los siguientes:
1. Echos 2:38; Rom. 6:1-4; Gálatas 3:27. Toman solamente los pasajes de ‑bautizado eis‑ con el acusativo. Uno de ellos es, “bautizado eis por remisión de pecados;‑ otro es "bautizado eis Cristo;‑ y el otro es, ‑bautizados eis su muerte.” Estos pasajes forman su primer grupo, La construcción gramatical es igual er, cada caso, y dicen: "Vosotros los bautistas no tenéis plan de inducción.” Si les preguntamos cómo alcanzan la remisión de pecados contestan:”Somos bautizados en ella.” Si les preguntamos:”¿Cómo logran estar en Cristo?‑ contestan: "Somos bautizados en Cristo." Si les preguntamos, "¿Cómo lográis estar en la muerte de Cristo?" contestan: "Somos bautizados en la muerte de Cristo.” También dicen:”Nosotros sabemos cómo entrar; pero Uds. no tienen método de inducción. Cuando lleguéis a estos pasajes os diré lo que debéis decirles. Basta un solo pasaje: "Hemos tenido admisión por la fe en esta gracia en la cual estamos firmes." Este es nuestro método de inducción.
2. Su segundo grupo es el que conecta el bautismo con el lavamiento de pecado, sin la preposición eis.”Ya hora ¿por qué te detienes? levántate y sé bautizado, y lava tus pecados"‑Actos 22:16. Este es el único pasaje en este grupo.
3. El tercer grupo consiste de los pasajes que conectan el bautismo con la salvación, Marcos 16:16:”El que creyere y fuere bautizado será salvo," y I de Pedro 3:21:”El bautismo que ahora nos salva.
4. El cuarto grupo es el que parece conectar el bautismo con la regeneración, consistiendo en “a menos que el hombre naciere de agua y de] Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” ‑Juan 3:5. “Cristo también amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella; para santificarla, habiéndola limpiado con el lavamiento de agua con la palabra.” ‑ Efesios 5:25. “Conforme a su misericordia él nos salvó, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo." ‑ Tito 3:5.
Cuando podáis interpretar correctamente estos cuatro grupos de pasajes tendréis el corazón N, el cuerpo, el centro y la circunferencia, la sustancia y la sombra de todo ello. Esta es la segunda teoría, que hace venir la salvación por el ritualismo ‑por medio de ordenanzas.
La verdadera sustancia de esta conexión es ésta:
Es una salvación por ritual.
Es una salvación sacerdotal, puesto que exige la presencia, el oficio y acto de otra persona, el administrador de las ordenanzas, para asegurar vuestra salvación, siendo que vuestra salvación depende de otra persona, de lo que hace otra persona. Esto es lo que llamamos "sacerdotal” sacer una palabra latina que significa sacerdote, una salvación sacerdotal.
Este exige una autoridad competente para fallar sobre la idoneidad del “sacer” (sacerdote) o el administrador, y así hace que sea una cuestión sin fin con cualquier hombre el pensamiento de si es salvo o no hasta que pueda probar que la persona que lo bautizó es un administrador idóneo, contradiciendo así la declaración de Pablo, de que Dios hizo que la salvación dependiera de la le, esto es, que puedo arrepentirme y creer yo mismo, justamente pensando en la Biblia, o raciocinando sobre ella.
Ahora hay otra cosa: La teoría es que, como el arrepentimiento y la fe, son un término de salvación; pero éste no es semejante al arrepentimiento y la fe, puesto que ellos son personales, y el otro no es personal; es aún más semejante al arrepentimiento y la fe en esto, que las Escrituras dicen expresamente, “A menos que os arrepintáis pereceréis,” y, “El que no cree es condenado.” En ninguna parte de la Biblia se halla una expresión como éstas acerca del bautismo.
El más grande abogado de esta teoría es Alejandro Campbell, y una breve historia de su contención es como sigue: Vino de Escocia y se estableció en Virginia. Casi tenía cierta conexión con una iglesia bautista. De todos modos, estuvo presente en una asociación bautista, y llamó a su primer periódico: “El Bautista Cristiano.” Pero él dice:”Cuando yo comencé mi discusión sobre el acto del bautismo con McCall, quien era un presbiteriano, mientras estudiaba aquella discusión hallé que el bautismo, a menos que tuviera por objeto asegurar la remisión de pecados, era tan vano como un pagaré vencido."
Este era el germen de la idea en su mente, según su propia declaración, por lo cual el Sr. Campbell, desde ese tiempo en adelante comenzó a publicar cosas que los bautistas no creían y pronto comenzó a publicar un nuevo periódico, que llamó: ”Millennial Harbinger." En otras palabras, se veía él mismo como el heraldo, el precursor, el "Juan Bautista" del milenio, y opinaba que era esta nueva teoría suya la que traía el milenio. En aquel “Heraldo Milenario," hubo una "Extra," sobre la remisión de pecados. Era algo extensa para publicarse en su pequeño periódico. En esta‑‑‑Extra,‑ que era el primer anuncio general y formal de su proposición, tomó la posición de la regeneración bautismal, remisión bautismal, o salvación bautismal que en dondequiera que se halla la "purificación" o la "santificación” significa el bautismo. En otras palabras. lo hizo significar la cosa entera.
Cuando publicó aquella "Extra” hubo mucha discusión. En todas partes del país los bautistas se levantaron y dijeron: “Este hombre no es uno de nosotros," y sus dirigentes comenzaron a contestar su “Extra” y entre ellos estuvieron, Andrés Broadus y J. B. Jeter, padre, ambos célebres y ambos de Virginia; también Carr, pastor de una de las grandes iglesias de Richmond. Siendo así, todo el mundo sabía que habría guerra en la próxima reunión de aquella asociación. La asociación se reunió y se nombró una comisión para considerar el estado de las iglesias. Aquella comisión, de la cual Carr era presidente, halló que las iglesias estaban siendo arruinadas por una nueva doctrina, manifestada en la “Extra" del “Heraldo Milenario.” Por lo cual la comisión recomendó que las iglesias retiraran la diestra de comunión de los predicadores que defendieran aquella doctrina, y de los miembros que la aceptaron. Las iglesias obraron inmediatamente, en todas partes de Virginia. Y desde que ellos tiraron aquella línea de separación, el campbelismo ya no ha perjudicado a los bautistas.
Sus dos grandes líneas de argumento fueron como siguen: Dependían por lo regular sobre la construcción gramatical, esto es, Metanoesate, kai baptístheto hekastos humon en to onomati Iesou Christou eís aphesin ton hamartion humon kai lempsesthe ten dorean tou hagíou pneumatos. Dijo que la construcción gramatical ponía aphesin hamartíon, que significa, remisión de pecados, como el objeto que debía alcanzarse por el baptistheto, y procuró probar sus puntos citando muchos eruditos que admitían sus construcciones gramaticales. Su segundo argumento fue que desde el segundo siglo hasta el tiempo actual, grandes multitudes de cristianos habían sostenido esto, la mayoría de los que se llamaban cristianos, incluso todos los romanistas, todas las iglesias griegas‑ católicas, y otras varias. Estas son las líneas principales de su argumento.
Una teoría parecida a ésta que él combatía hasta el fin queda en pie o cae con la teoría, esto es: la proposición de que la Cena del Señor en manos del sacerdote, después de haber sido convertida en la misma sangre y cuerpo de Jesucristo, es esencial para la salvación. Los defensores de esta teoría dirían, basándose en la construcción gramatical, que Jesús dijo: "Esto (alzando el pan después de haberlo bendecido) es mi cuerpo quebrado por vostoros," y en seguida (alzando la copa): “Esta copa es mi sangre, derramada para la remisión de pecados,‑ y luego citarían un pasaje en otra parte de Juan: ”Amenos que comáis la carne del Hijo del hombre, y bebáis su sangre, no tendréis vida en vosotros. De modo que dieron mucho énfasis a la construcción gramatical y también al argumento histórico. Tuvieron más fuertes argumentos para sostener su parte de la teoría de lo que tuvo Campbell para la suya, y precisamente sobre la misma línea de argumento. Siempre he dicho que los cambelistas deberían abandonar su teoría, o aceptar esta como está manifestada.
Sí es verdad que no hay modo de llegar a estar en Cristo sino por el bautismo, entonces no hay modo de lograr que Cristo esté en nosotros sino por medio de la Cena del Señor.
La ilación debe obrar por cada lado: “Yo en vosotros, y vosotros en mí.” No hay sombra de duda de que las dos cosas son como dos columnas que sostienen un arco. El arco es uno, y las columnas son los dos apoyos del arco.
Los argumentos antecedentes que se oponen tanto a la teoría de Campbell y la teoria semejante de los romanistas, que tienen una base semejante, son los siguientes:
El plan de salvación desde el libro de Génesis hasta la Revelación, es un solo plan. Lo que hasido esencial como un requisito, es siempre esencial, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, y sin embargo, el bautismo y la Cena del Señor no son partes del Antiguo Testamento. Y todos tienen que confesar que algunas personas en el tiempo del Antiguo Testamento fueron salvas. Si es así, según la teoría de ellos, fueron salvos cumpliendo condiciones que nosotros no tenemos que observar, y nosotros somos salvos cumpliendo condiciones que ellos no tenían que observar; por esto, el plan fue cambiado en cuanto a las condiciones esenciales de salvación. Pero el caso modelo de Abraham, el caso modelo de salvación ‑por fe como en Abraham, nulifica completamente cualquier cambio en el plan: "Abraham creyó a Dios, y le fue contado a justicia," o justificación, y Pablo dice: “No por su causa solamente fue escrito esto, sino por la nuestra también." Cuando creemos en Cristo nos es contado a justicia y debemos seguir en los pasos de nuestro padre Abraham, lo cual muestra que el plan de salvación fue el mismo.
Otro argumento antecedente es el testimonio de los profetas. Pedro dijo a Cornelio: "De él mismo (esto es, de Jesús) testifican todos los profetas, que todo aquel que en él creyere recibirá en su nombre remisión de pecados.” Aquí se ve que la remisión de pecados tiene por condición la le y todos los profetas testificaban el hecho de que el hombre que creía en él recibía la remisión de sus pecados; y no había bautismo en el tiempo en que los profetas dieron ese testimonio.
Actos 16:30 es el único lugar en la Biblia donde se hace la pregunta expresa: “¿Qué debo yo hacer para ser salvo?‑ y la respuesta precisa es:”Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.”
En muchos casos durante la vida de Cristo, él dijo a hombres y a mujeres: “Tu fe te ha salvado," y esto donde no había nada de bautismo.
Cierto pasaje en Hebreos llega al corazón del asunto. Hablando del ritual del Nuevo Testamento dice: "Porque es imposible que la sangre de toros y de machos de cabrio quite los pecados.” ¿Por qué? Porque no había merito intrínseco en la sangre de toros y machos de cabrío. Aplíquese este principio: No es posible que el bautismo en agua quite pecados. No hay mérito intrínseco en ella. "La sangre de Jesucristo su Hijo, nos limpia de todo pecado." El ritual del Antiguo Testamento no lo hizo, y el ritual del Nuevo Testamento tampoco lo hace.
Si hacemos algún acto exterior que ha de ejecutarse por otra persona que sea esencial para la salvación, entonces la promesa de la salvación nunca puede hacerse segura para nosotros, pero las Escrituras enseñan que Dios ordenó que la salvación fuese por fe para que fuese hecha segura. Aquel ladrón arrepentido, por ejemplo, estaba muriendo colgado en la cruz. Supongamos que el bautismo sea una condición esencial para la salvación; está perdido, porque no podía bajar. Pero Jesús lo miró y le dijo: aunque no había cumplido con ningún ritual: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso.” Discuto extensamente este asunto porque quiero grabar solemnemente en la mente la manera en que estas dos teorías están en conflicto, han estado, y estarán en conflicto hasta el fin del mundo.
Imaginémonos una línea perpendicular en el pizarrón; escribid en un lado: “Amadores de Dios,” y al otro lado: “Odiadores de Dios.” En un lado, hay creyentes; al otro lado hay incrédulos. Ahora, ¿de cuál de esos lados debemos tomar los sujetos para el bautismo a gente que ama a Dios y cree en el Señor Jesucristo, u odiadores de Dios e incrédulos? Un discípulo de Campbell diría: "Tomad los amadores de Dios y creyentes en Jesucristo." Entonces yo digo: "Todo aquel que ama es nacido de Dios,” y “somos todos hijos de Dios por le en Cristo Jesús,” y “el que cree, ha nacido de Dios.” Pueden luchar con aquella línea perpendicular hasta que quieran nunca pueden romperla.
Pablo dice: “Gracias doy a Dios de que no bauticé a ninguno de vosotros; no me envió Cristo a bautizar sino a predicar el evangelio." Si el bautismo fuera una de las condiciones de salvación, Pablo estaba dando gracias a Dios por haber rehusado hacer una de las cosas esenciales para la salvación. ¿No hace una distinción allí entre la esencia del evangelio que salva, y el bautismo? Nadie puede negarlo si estudia cuidadosamente el pasaje.
Las declaraciones repetidas en la Biblia, por ejemplo, tómese esta:”Detal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él creyere no se pierda, sino que tenga vida eterna,‑ y "El que cree en él no vendrá en condenación, sino que tiene vida eterna." Así podrían multiplicarse los pasajes, pero tengo que detenerme aquí.
Tenemos para el capítulo siguiente la interpretación de los cuatro grupos de pasajes que son muy necesarios para que se entiendan las cosas que se oponen a una de estas teorías, como sigue: El primer grupo, Actos 2:38; Rom. 6:1‑4; Gál. 3:27; segundo grupo (justamente uno) Actos 22:16; tercer grupo, Marcos 16: 16; 1 de Pedro 3:21; el cuarto grupo, Juan 3:5; Efe. 5:26; Tito 3:5.
Ya he preparado el camino para dar explicación a estos cuatro grupos. Quiero resolver algunas cosas mientras estoy hablando de esto. Iría al mismo fin del mundo para oponerme a cualquier hombre que dijera que él es necesario para mi salvación, haciendo que algún rito o alguna ceremonia fuese una condición de salvación.
Nunca iría a buscar la remisión de mis pecados en un estanque de agua
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