El objetivo de la predestinación en Cristo
En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efesios 1:5)
La palabra traducida como “predestinado” , vienen de la palabra griega “proorizo” que significa “determinar anticipadamente”, “ordenar”, “decidir con antelación”. Así que, predestinación es Dios determinando anticipadamente ciertas cosas que van a ocurrir por adelantado.
La predestinación aquí no es sobre un grupo selecto de personas, tampoco se trata de otros que han sido elegidos para la condenación eterna, nada de esto sugiere el escritor de Efesios, pero queda claro que dentro de la sabiduría divina a Dios le ha agrado seleccionar su iglesia en relación con su Hijo. Dios eligió, predestino su equipo en el marco de su Hijo amado, no tiene nada que ver con; Marco, Pablo, Pedro, María, Sonia, Marina etc, el equipo de Dios no consiste en determinar tal o cual persona sino que sobre Cristo puso el destino de toda su creación y esto ocurrió antes que existiera el cosmos. Es por medio de Cristo que se llega a la determinada voluntad de Dios.
El puro afecto de su voluntad se concentra, se visibiliza y se anticipa en Jesús, la adopción, la herencia, el perdón de pecados , la vida eterna todo es por causa de Cristo, el propósito de Dios ya se han llevado a cabo en Jesucristo. Cristo es el embudo por el cual deben pasar todos los que desean ser salvos, ninguna salvación ocurre fuera o aparte de Cristo.
La revelación de Dios en las Escrituras parte de este principio ¡Jesús! Él es el misterio oculto desde tiempos eternos, es lo transcendente, la meta, lo revelado, lo tan esperado y profetizado; ¡todo el Antiguo Testamento tiene el objetivo de señalarlo! El clímax de la revelación de Dios se cumplió y agoto en la Cruz.
Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Efesios 1:22-23)
Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos. Pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe (Romanos 16:25-27).
Sin Jesucristo no hay adopción, ya que según el texto la adopción es “por medio de Jesucristo” (Efesios 1:5). De lo cual se infiere si Jesús no se hubiese hecho carne, no hubiese hecho la obra de salvación, el plan eterno de Dios se habría frustrado. Y nada planificado en la eternidad tendría sentido. Entonces Fuera de él quedamos fuera del propósito de Dios, y fuera de toda posibilidad de que su designio se cumpla en nosotros.

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